El concepto de «Industria 4.0» se refiere al cambio que se está produciendo actualmente en los medios de producción que, a todas las luces de los analistas, dará lugar a una nueva revolución, la cuarta en la historia. El propio nombre, «Industria 4.0», tiene seguidores y detractores. Se acuñó en Alemania en el año 2015 como una marca comercial que englobara multitud de conceptos, que en los Estados Unidos de América son identificados como «Internet Industrial de las Cosas». Independientemente de como nos refiramos a ello, en Europa o en América, el fenómeno está ahí y se espera de él un fuerte impacto socioeconómico suficientemente revolucionario. Los países y tejidos productivos que no sean capaces de adaptarse al cambio sufrirán consecuencias negativas al igual que ha ocurrido en la historia con otros cambios de paradigma.
En general, podemos hablar de que actualmente la industria dispone de nueves medios con los que llegar a nuevos objetivos. En este caso, los nuevos objetivos son la personalización de productos y servicios mediante una alta capacidad de adaptación, la integración total con clientes, aliados, procesos comerciales y cadenas de valor, integración eficiente y ergonómica del fator humano y uso eficiente de recursos. Para conseguir estos objetivos, son necesarias la digitalización total de la producción, la aplicación de sistemas ciber-físicos, la interconexión de los activos mediante comunicaciones ubicuas y la descentralización de la toma de decisiones.
El Comité Español de Automática (CEA) no es ajeno a esta transformación y ha definido en su estructura organizativa una línea de trabajo transversal estratégica para el desarrollo de la Industria 4.0. CEA aglutina desde hace más de 50 años a profesionales, investigadores y docentes del campo de la Automática, organizados en Grupos Temáticos que desarrollan investigación puntera en diferentes áreas cuya intersección, en lo que tiene que ver con los objetivos de la Industria 4.0, se pretende potenciar y coordinar mediante esta acción estratégica.